Visita Guiada
El atrio inferior
Hoy, en el centro del monasterio, se conservan dos salas de la edad de medio sobrepuestas que marcan la transición entre el arte románico y el gótico.
El atrio inferior, en el pasado llamado también iglesia inferior o capilla funeraria, tiene dos ambientes separados por dos columnas monolíticas que terminan con capiteles bajos de los que parten los arcos que sostienen la cruz y llegan a las semicolumnas que emergen de los muros laterales. Tenía la función, confirmada por la presencia de cinco puertas diferentes, de un lugar de pasaje hacia las distintas áreas del monasterio, como la primitiva Iglesia del Salvador, el monasterio de las mujeres y el pequeño cementerio de las monjas. Este lugar era típico de muchos monasterios benedictinos y a veces se llamaba Galilea, otras Paraíso.
Es de notar, junto al portal de entrada, una hermosa escultura funeraria de época romana que representa a una matrona, que data de la época augusta, mientras que en el interior se encuentra un arca sepulcral en piedra roja local finamente tallada y la puerta lateral de estilo gótico que conduce al espacio donde se encuentran los restos de la antigua Iglesia del Salvador.
La capilla de San Lucas
Es la joya de la abadía. Se accede por una escalera exterior cuyo parapeto termina con un pasamanos en forma de serpiente con un pomo en la boca.
El portal de entrada está coronado por un arco agudo y un pequeño rosetón con seis luces. En la portada del arco algunas inscripciones nos recuerdan que la iglesia fue construida por Marina II, en 1255, para albergar los restos del evangelista San Lucas. El interior está formado por una pequeña sala de dos naves cubiertas por cruces ojivales, que descansan sobre dos columnas centrales y diez medias columnas apegadas en los muros perimetrales. Las bases octogonales de las columnas y los capiteles decorados con hojas curvas, en dos órdenes asimétricos, recuerdan, según muchos estudiosos, la residencia construida por Federico II en Castel del Monte, en Puglia.
En el exterior, la estructura se completa con dos pequeños ábsides sostenidos por ménsulas y, alrededor de los muros, gargolas con cabezas de animales y motivos ornamentales.
De los numerosos frescos del siglo XVII que enriquecieron la iglesia, solo quedan dos medallones que representan a las abadesas Escolástica y Marina, y algunos episodios de la vida de San Guillermo. Los altares son valiosos, especialmente el que consiste en una placa de piedra sostenida por cuatro pequeñas columnas equipadas con elegantes capiteles y bases, todas diferentes entre sí. La bien mezclada pluralidad de diferentes formas artísticas, la arquitectura gótico-apulia, las formas cistercienses, hacen de la capilla de San Lucas uno de los monumentos más preciosos del sur de Italia.
De los numerosos frescos del siglo XVII que enriquecieron la iglesia, solo quedan dos medallones que representan a las abadesas Escolástica y Marina, y algunos episodios de la vida de San Guillermo. Los altares son valiosos, especialmente el que consiste en una placa de piedra sostenida por cuatro pequeñas columnas equipadas con elegantes capiteles y bases, todas diferentes entre sí. La bien mezclada pluralidad de diferentes formas artísticas, la arquitectura gótico-apulia, las formas cistercienses, hacen de la capilla de San Lucas uno de los monumentos más preciosos del sur de Italia.
La iglesia de D. Vaccaro
Toma su nombre del gran arquitecto napolitano Domenico Antonio Vaccaro, quien lo construyó entre 1735 y 1745. Aunque hoy en día carece del techo y otras partes importantes, aún conserva un encanto increíble. La plantilla es una cruz griega coronada – originalmente – por una cúpula central.
En el interior solo se han salvado unos pocos estucos, mientras que el diseño del piso recientemente restaurado se puede admirar en toda su belleza. Las habitaciones adyacentes, que alguna vez fueron utilizadas como sacristía y capilla del Santísimo Sacramento, han sido recientemente restauradas y se utilizarán para albergar un museo.
La torre “Febronia”
Toma su nombre de la abadesa que en 1152 ordenó su construcción para la defensa del monasterio. Se trata de una verdadera obra maestra del arte románico, presenta numerosos bloques con bajorrelieves provenientes de un mausoleo romano dedicado a Marco Paccio Marcello. La torre tenía dos plantas y, en la segunda, se accedía a través de un puente levadizo. En la parte superior se encuentran algunas esculturas simbólicas propias del arte románico.
Cabañas
De 1807 a 1973 el monasterio quedó abandonado y las apelaciones de algunas personas para la recuperación del venerado monumento fueron vanas. De este modo cualquiera pudo robar portales y piedras, los techos y los muros se derrumbaron, las zarzas se convirtieron en dueños indiscutibles del complejo junto con animales de todo tipo. Sólo el ambiente reservado a los campesinos continuó su vida secular.
